La civilización griega comprendía una considerable área de
77.000 km², que abarca tres regiones: Grecia Asiática, situada en una estrecha
franja en Asia Menor, Grecia Insular, en las islas de los mares Jonio y Egeo, y
Grecia continental, al sur de la Península Balcánica. La mayor parte del
relieve de esas regiones era montañoso, con un suelo impropio para el
desarrollo de la agricultura, realidad que llevó a los griegos a hacer del
comercio marítimo su principal actividad económica.
Además, ese fue uno de los
factores que resultaron en el surgimiento de ciudades-estados independientes y
alejadas unas de otras. Poblada por aqueos, jonios, eolios y dorios, la Grecia
Antigua es considerada la cuna de la civilización occidental. La historia de la
civilización griega se divide en cuatro fases: período Homérico, Arcaico,
Clásico y Helenístico.
Período Homérico
Tal fase (siglo XII al VIII aC) está marcada por la sociedad
dividida en genos, grandes grupos familiares que tenían un descendiente en
común. Cada grupo estaba encabezado por el patriarca, poseedor de poder
político, económico, jurídico y religioso. Además, las propiedades de tierras
eran colectivas y había una economía de subsistencia. Sin embargo, poco a poco
algunos miembros de los genos comenzaron a reivindicar porciones más extensas,
conforme a su grado de parentesco con el patriarca. Así, surgía la propiedad
privada y las clases sociales.
Período Arcaico
Con el fin de proteger sus intereses, entre los siglos VIII
y VI aC los genos comenzaron a unirse. La unión de dos genos dio origen a las
fratrias, que se agruparon y posteriormente formaron las tribus. A pocos, ese
proceso de unificación entre varias tribus dio origen a las polis, es decir, a
las ciudades-estados (Atenas, Esparta, Tebas, Corinto, Mileto, entre otras).
Otro hecho importante del Período Arcaico fue la expansión colonial derivada de
la búsqueda de nuevas tierras y alimentos fuera de Grecia, lo que resultó en la
fundación de diversas colonias en la costa de los mares Mediterráneo, Egeo y
Negro.
Período Clásico
En el Período Clásico (siglo VI al IV aC), Grecia conoció su
apogeo, aunque también se había involucrado en numerosos conflictos. Las Guerras Médicas fueron resultado de la disputa entre griegos y persas por la
supremacía marítima del Mundo Antiguo. La guerra del Peloponeso fue otro
importante conflicto entre la Confederación de Delos, encabezada por Atenas, y
la Liga del Peloponeso, encabezada por Esparta.
Período Helenístico
Después de la Guerra del Peloponeso, Grecia se debilitó y
acabó convirtiéndose en un blanco fácil para Felipe II, rey de los macedonios
en el 338 aC Su hijo, Alejandro Magno, asumió el poder y adoptó una política
expansionista, conquistando diversas regiones y provocando la fusión cultura
griega con la cultura oriental.
Civilización Griega - Religión y Cultura
Los griegos eran pueblos politeístas, o sea, creían en
varios dioses. Su principal divinidad era Zeus, símbolo de la justicia, razón y
autoridad. Los dioses griegos eran muy semejantes a los hombres: se casaban, tenían
hijos, sentían amor y odio. Además de ellos, había los semidios, héroes y
muchas leyendas. El conjunto de estas creencias se llama mitología.
Los griegos tuvieron gran importancia en el desarrollo de la
ciencia, las artes y la filosofía, ya que Grecia es considerada la cuna de la
civilización occidental. El clima de libertad de las ciudades favoreció el
surgimiento de los primeros filósofos, como Sócrates, Platón y Aristóteles. En
las artes, los griegos tuvieron destaque en la escultura (Fídias, Míron y
Praxíteles) y arquitectura (estilo dórico, jónico y corintio). Algunos
dramaturgos, como ésos, Spofocles, Eurípedos y Aristóteles fueron muy
importantes. Grandes obras de la Edad Media, como el Coloso de Rodas y el Faro
de Alejandría, fueron inspiradas en el arte helenístico.
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